
El problema
Dependemos de los sistemas online para acceder a lo que queremos y necesitamos. Y sin embargo, estos sistemas están siendo invadidos por agentes maliciosos que usan bots para sacar a las personas del proceso, distorsionando los mercados y creando escasez artificial.
Estos bots salen en los titulares cuando los fans no pueden comprar entradas para Taylor Swift o los comensales no logran conseguir reservaciones en restaurantes. Pero son igual de frustrantes para quienes intentan usar servicios gubernamentales; en algunos lugares, los bots han hecho que obtener un pasaporte o presentar un examen de conducir sea casi imposible. Aún peor, los agentes de IA avanzados son esencialmente "bots con esteroides", lo que significa que el acceso a bienes y servicios será cada vez más difícil para quienes tengan recursos financieros o tecnológicos limitados.
El aumento de la innovación técnica sin la correspondiente protección al consumidor erosiona la confianza pública en los mercados y en los sistemas gubernamentales. Y cuando los sistemas no funcionan, los consumidores quedan desamparados, sin poder acceder a servicios básicos. Es momento de adelantarnos a los bots. ¿Pero cómo?
“En 2024, la automatización en sitios de venta de entradas alcanzó el 86,5% de todo el tráfico, y los bots maliciosos representaron un tercio de ese total.” - Imperva
La insuficiencia de las soluciones actuales
Los bots de venta de entradas y de citas son un dolor de cabeza para empresas y gobiernos, que no solo tienen que responder a consumidores molestos, sino también idear políticas temporales y reactivas para repeler a los intrusos de IA.
El desafío es que cada vez es más difícil crear sistemas que distingan entre humanos legítimos y bots. Actualmente, los ingenieros se ven obligados a implementar soluciones como CAPTCHA y la verificación con ID gubernamental. Esto puede agregar fricción y/o costos a los ciudadanos y consumidores, que se sienten cada vez más frustrados. También introduce responsabilidad para gobiernos y empresas, que deben mantener esos datos seguros. Peor aún, estas intervenciones están dejando de ser efectivas rápidamente, ya que la IA se vuelve experta en navegar sitios, romper CAPTCHA y crear identificaciones falsas altamente sofisticadas.
En resumen, la fricción solo logra frustrar más a las personas reales y hace poco para mitigar los abusos basados en IA. Hay una mejor solución: una que también preserve la privacidad de las personas y sea accesible globalmente.
La solución: Solo personas reales
World ID se basa en la idea simple de la prueba de humano: permite a las personas demostrar de forma anónima y segura que son un ser humano real y único online.
Los sitios web de entradas y los portales gubernamentales pueden integrar World ID en sus aplicacioens de reservación, ya sea durante el registro o al finalizar la compra, para evitar que los bots compren entradas o reserven citas. No necesitas llenar formularios complejos ni enviar tu ID gubernamental.
World ID no es simplemente otro sistema de verificación con mucha fricción. Es un registro con control de acceso que es tan sencillo como "Iniciar sesión con Google" o "Iniciar sesión con Apple", pero es resistente al fraude. A diferencia de las cuentas de correo, que son fáciles de crear o suplantar, los humanos solo pueden obtener un World ID verificado. Eso significa que una persona no puede comprar entradas al por mayor ni tampoco hacer múltiples reservaciones.
Integrar World ID en el checkout excluye a los bots y restaura la equidad al evitar que nadie pueda acaparar diferentes ubicaciones al mismo tiempo (con la clara intención de revender) o hacer múltiples reservaciones para el mismo servicio.
Con World ID, las personas aún pueden revender o transferir entradas, pero —como un World ID verificado es difícil de transferir— solo podrían comprar la misma cantidad de entradas que cualquier otra persona. Así, los fans genuinos pueden comprar sus entradas desde el principio.
Implementar World ID en estos sistemas garantiza:
- Un acceso más justo a los servicios públicos: Las personas pueden reservar citas sin intermediarios que se aprovechen del sistema.
- Menos abuso hacia los consumidores: Las entradas para conciertos, eventos deportivos y culturales siguen siendo accesibles a su precio original.
- Confianza restaurada en las instituciones: Los gobiernos y las empresas recuperan credibilidad al garantizar un acceso equitativo para todos.
- Menos riesgo para los datos personales: Como los gobiernos y las empresas no necesitan recopilar datos personales en cada transacción, hay menos riesgo de que se exploten los datos personales.
- Una solución ampliable y resistente a la IA: A diferencia de los CAPTCHA tradicionales o la verificación basada en documentos, que pueden eludirse, World ID ofrece un enfoque más sólido y centrado en la persona para la autenticación.
Con World ID, las personas obtienen un acceso justo a servicios, los consumidores tienen menos fricción y los proveedores de servicios reciben a personas reales.
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